Mollet, 23 de Febrero 2019
La Asociación de Sordos de Mollet, fundada en 1985, agrupa a unos 46 socios en un espacio sencillo pero acogedor. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando al llegar vi sala de conferencias atiborrada! Tanto Juan Mayans, el presidente, como Josefa supieron congregar a todos los socios (a pesar de que a la misma hora se jugaba un buen partido de fútbol). Ambos desprenden una simpatía contagiosa y su entrega infinita por esta asociación es admirable.
Me pidieron que hablara bien despacio porque entre los asistentes se encontraba una socia sordo-ciega al que su marido le iba traduciendo mis signos. Ella estaba sentada en primera fila y creo que era la que más atención prestaba. El evento se desarrolló fluido con muchas preguntas interesantes al acabar el coloquio.
Hubo una pregunta que llamó especialmente la atención: Los Codas (Hijos de sordos adultos) teníamos la suerte de poder crecer en dos mundos bien distintos, tanto en el oyente como en el sordo. ¡Sois Bilingües!, añadió algún asistente. Si, eso era cierto. Y ¿Si mi protagonista, Lucía, era una Coda también? ¿Lo es? Y si su experiencia estaba basada en la mía?
No lo desvelaré.
Léanme amigos y lo descubrirán.
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