Loles Sacho es una profesional de marketing, social runner y mamá de una niña sorda.
Y es una Coda.
Loles, ¿eres la suma de estas tres partes de tu vida o hay una que tiene más relevancia?
Soy la suma de las tres. Es más, unas complementan a otras pero, sin duda, la que más relevancia tiene para mí es “mamá de una niña sorda”.
En tu blog podemos leer: Después de años conviviendo con la sordera de mi hija, hoy puedo decir que ha sido el mejor regalo que la vida podía darme. Puedes explicarnos el proceso desde daros cuenta de la pérdida de audición de vuestra hija hasta llegar a esta conclusión que me pone la piel de gallina.
Al recibir el diagnóstico de Aitana, cuando ella tenía 15 meses, me sentí la persona más desgraciada del mundo. ¿Cómo podía pasarme esto a mí? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Esas eran algunas de las preguntas que merodeaban por mi cabeza.
Con el paso de los años, me fui dando cuenta, que gracias a la sordera de mi hija nuestra familia y entorno social había crecido y aprendido mucho.
Personalmente, durante estos años siento que me he convertido en otra persona. Soy una nueva Loles, una Loles renovada, más optimista, más humilde, más empática. Sigo teniendo mis manías, mis miedos, mis perturbaciones, etc. pero no dejo que se apoderen de mi vida, los miro con cariño, los abrazo pero no dejo que sean ellos los que dirijan mi camino.
Todo esto que he aprendido gracias a Aitana, es lo que yo ahora trato de enseñarle ahora a mi hija. Esa creo que es la mejor herencia que puedo dejarle.
Mis padres también son sordos, pero en sus casos nunca tuvieron el apoyo y los avances tecnológicos que existen hoy en día. Hablar con las manos, además, estaba mal visto y recuerdo que mis padres me explicaban que hasta en el colegio de sordos esa vía de comunicación se castigaba.
¿Crees que hemos logrado algunos avances o todavía queda camino por recorrer?
Creo que hemos recorrido mucho a nivel de soluciones tecnológicas pero nos queda mucho camino por recorrer como sociedad, como personas.
Presumimos de ser integradores pero nada más lejos de la realidad. Ya no es solo al colectivo con alguna diversidad funcional al que le pone en juicio, se le señala, es en general. Vivimos desde el juicio a los demás, proyectamos la culpa de lo que nos pasa fuera. Creo que “no sabemos vivir ni sabemos lo que realmente es la vida”.
Si nos quisiéramos un poco más a nosotros mismos, muchos de los juicios que hacemos a otras personas se eliminarían.
Un implante coclear es una buena solución, pero me atrevo a decir que no por ello un sordo siente que deja de serlo. ¿Compartes mi opinión?
Un sordo con o sin implante será siempre sordo. Esa es uno de los desconocimientos de muchas personas. A mí me han preguntado muchas veces ¿Aitana ya no es sorda gracias al implante? ¿Se ha curado?
Hay muchos momentos en la vida de un sordo implantado que entra en su silencio porque las baterías de los implantes hay que cargarlas, porque no pueden mojarse, etc. ¿Te comunicas alguna vez con tu hija en lengua de signos?
No, nunca hemos aprendido lengua de signos pero hemos creado muestra propia lengua de signos y ¡es maravilloso! Forma parte de nuestra enorme complicidad. Es otra manera de decirnos que nos amamos.
En tu blog otro apartado es el marketing. Háblanos de ello.
Soy consultora de marketing y comunicación y también profesora. Soy feliz en las clases, es una de las cosas que más me gusta de mi carrera profesional.
También eres un social runner. ¿Para quién corres? ¿Tiene sentido hacerlo?
Empecé a correr para huir del “problema” de la sordera de Aitana y hoy lo sigo haciendo para vaciar ruido mental, para estar en forma y para ayudar a dar visibilidad a la discapacidad.
Para acabar me gustaría felicitarte no solo como persona implicada en asuntos sociales, sino también como madre de una niña sorda. Convivir con la discapacidad a veces nos hace ver la vida de otra manera y en ocasiones logra convertirnos en personas mejores. Y tú, sin duda alguna, eres una de ellas.
A veces la vida te cambia en un segundo. De repente, todo se desmorona. Aparece el miedo, la negación, la desesperación, la rabia. A Loles Sancho le ocurrió cuando le dieron el diagnóstico de su hija Aitana: sorda profunda.
SOS Mi hija es Sorda es una historia de superación, de lucha, de lágrimas y de felicidad. Loles Sancho nos relata a través de sus vivencias cómo su vida cambió tras recibir el diagnóstico de sordera de su hija.
Nos cuenta cómo tuvo que reinventarse a nivel profesional de un día para otro, sin ningún plan establecido, y de cómo su escala de valores comenzó a reorganizarse desde ese momento.
Para aquellas que luchan por conseguir un trabajo, por levantar una empresa, por convivir con su discapacidad o de la un ser querido, por combatir sus complejos o, simplemente, para aquellas que desean encontrar la mejor versión de sí mismas.
La discapacidad de su hija le hizo superar su obsesión por el trabajo y la perfección. El running le dio la fuerza que necesitaba para emprender la lucha por el bienestar de su hija. Y su marido y gran apoyo, Javier, le dio la paz necesaria para entender que hundirse no era una salida.
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