Nací en Zaragoza en 1965. Desde niña he disfrutado muchísimo con la lectura. Primero tebeos, Mortadelos y Lilys, después todos los libros de Astérix, que realmente creo que afinaron esa “vis cómica” que siempre hemos tenido en casa. También las lecturas del colegio favorecieron mi pasión por la lectura. Recuerdo con especial cariño la novela Misericordia, de Benito Pérez Galdós. En casa, mi madre me animó a coger los ejemplares que ella consideró que ya tenía edad para leer, y me sumergí en la literatura de la época, Umbral, Azcona, Merino, Sagan, y los clásicos que habitaban en esa querida biblioteca familiar. Ya entonces me gustaba mucho escribir. Nada serio, redacciones escolares, cartas a las amigas, a los abuelos… Escribía sin ser consciente de que era una pasión y una necesidad. Aparté la lectura cuando nacieron mis hijos, y la retomé con pasión unos pocos años después. Fue entonces, con la muerte de mi madre, cuando comencé a escribir.
Primero para desahogar tanto dolor y después porque ya no podía dejar de hacerlo.
Escribí varios relatos cortos, intimistas la mayoría, y descubrí un gusto por indagar en el pasado y ambientar mis historias en otras épocas. Y mientras tanto, escribir un cuaderno de viajes, siempre en tono de humor, porque en mi día a día no puedo dejar de ver la parte cómica de la vida, y porque cuando viajas con amigos siempre surgen anécdotas y situaciones que dan mucho juego.
Luego vinieron las participaciones en algún concurso, una colaboración en la publicación Enjambre con el relato Regreso a Macanaz (Un viernes cualquiera), una pequeña aportación literaria a la Exposición de pinturas del artista Fernando González Clavería, y los encuentros con los lectores en diversas bibliotecas de Zaragoza. Y algo sumamente satisfactorio, presentar tu estupenda novela La Palabra en la Mano, Marimén.
Oh, muchas gracias por tus palabras. Cris, tu novela está ambientada en la corte del rey Pedro II de Aragón. Tu pasión por la historia medieval te ha llevado a esta novela histórica?
Creo que todo llegó mezclado. Es cierto que ya sentía un gusto especial por las novelas ambientadas en el Medievo, especialmente las que se desarrollan en España. Escribí un relato en el que la figura del rey Pedro era secundaria, pero el trabajo de documentación me llevó a descubrir un rey que en Aragón no era tan reconocido como otros monarcas, a pesar de ser uno de los héroes de la batalla de las Navas de Tolosa, tan importante para nuestra Historia. De alguna manera quise sacar al rey Pedro II de ese ninguneo al que yo creo que estaba sometido.
¿Cómo y cuánto has tardado en documentarte para reflejar con esta precisión los detalles del siglo XII?
Con Internet, ahora es más sencillo documentarte sobre un personaje histórico y una época. Pero el riesgo de cometer errores garrafales también es grande.
Internet me puso en el camino y después se trató de indagar en la veracidad de la información.
También quiero nombrar y agradecer un libro maravilloso de Adela Rubio Calatayud: Historia de la Corona de Aragón, que fue toda una ayuda. En cuanto al tiempo, soy bastante anárquica a la hora de documentarme y de escribir; escribo y me documento a la vez, y entre unas cosas y otras, con el cuidado de mis hijos y el día a día, la verdad es que tardé unos años en ver terminada la novela.
¿Cómo no caer en la tentación de fabular sobre la historia?
Bueno, yo lo he hecho con el personaje de Beatriz y su relación con el rey Pedro. Pero es una fabulación que bien pudo ocurrir. ¿Quién sabe con certeza qué pasó antes de la batalla de Muret? Hay historiadores que apuntan a que la versión oficial salió de boca de los obispos católicos y del mismo Simón de Monfort.
Siempre se ha dicho que la Historia la escriben los vencedores.
Pero respondiendo a tu pregunta… esa tentación hay que vencerla. No siempre te gusta cómo actúan tus personajes, pero si la historia es la que es, hay que ser fiel y honesto. El rey Pedro tuvo sus luces y sus sombras, y en la novela no se tapa nada. Eso sí, a veces puedes justificar algunos hechos, pero será la visión subjetiva de un personaje según el sentimiento que tenga hacia el anterior.
En tu novela, Beatriz, la dama de Vallbona y protagonista se enamora de su rey, Pedro II. ¿Qué hay de ti en esa atracción hacia este personaje ilustre?
Mucho ¡Todo! Reconozco que si escribí esta novela es porque me enamoré del rey Pedro. Las palabras de Beatriz son las mías.
Beatriz tiene mucha personalidad y no duda enfrentarse o expresar su opinión en la corte. ¿Se le podría llamar feminista avanzada para esa época?
Beatriz se deja llevar por sus sentimientos, por lo que ella ve injusto. No puede callar. Es más insensata que otra cosa. Es un mundo de hombres que las mujeres aceptan con naturalidad. Pero sí que encontramos personajes que dentro de ese ambiente masculino, aceptando el papel que les toca vivir, tienen muy claro que no por ello son inferiores. En Beatriz lo vemos mejor porque es un personaje importante en la corte. Quizá esa sea la mayor fabulación de la novela, darle a una jovencita un papel tan importante.
También escribes relatos cortos e intimistas.
Sí; para mí es como escribir un diario. Es una necesidad de expresar sentimientos a través de la escritura.
Tus crónicas de viaje están escritas en tono humorístico. ¿Hay que enfocar los viajes en clave de humor?
Creo que es una manera estupenda de enfocarlos. Todo depende de cómo los vivas.
Además de escritora, llevas un club de lectura. Háblanos de él.
Fue una de las actividades que me salvaron de la tristeza por la muerte de mi madre. Necesitaba emplear un tiempo para mí, algo que fuera satisfactorio también para la gente del barrio. Yo formaba parte de un club literario en otra localidad, y me lancé a algo que nunca pensé que pudiera organizar. Llevamos más de quince años. Lo formamos mujeres apasionadas por leer. A veces somos más, otras nos juntamos unas poquitas… leemos un mismo libro repartidos en capítulos semanales. Nos reunimos una vez a la semana y vamos comentando y compartiendo experiencias, sentimientos… lo que la lectura nos inspira.
¿Dónde realizáis vuestros encuentros y que perfil tienen los asistentes?
Vivimos en un barrio pequeño. Al principio usábamos algún local cedido por el Ayuntamiento, pero después decidimos dar un poco de vida a los bares de la localidad. Con cada lectura nos reunimos en un bar diferente. Tomamos un cafecito y charlamos. Los asistentes siempre han sido mujeres. Empezaron muchas y los grupos han ido cambiando. Yo estoy muy feliz con mis compañeras, mujeres que ya tienen una edad y mucha experiencia; con ellas aprendo cada día.
¿Qué proyectos te esperan?
Tengo esperanza en ver publicada de nuevo Beatriz, la dama de Vallbona, que publiqué hace unos pocos años con Libros.com. He terminado una nueva novela ambientada en el Aragón del siglo XI, también con unas protagonistas femeninas que muestran una fuerza especial. Y esta vez no son personajes ficticios…
Hubo mujeres poderosas también en el medievo.
Y seguir participando en encuentros con lectores, y continuar escribiendo y disfrutando de lo bueno que me rodea y que la escritura me ofrece, como es participar en este encuentro con tus lectores. Un saludo a todos, con cariño. Y muchísimas gracias, Marimén.
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